Resucitar a Adán, el hombre viejo: reelaboración y uso teológico del texto clásico en la tragedia Christus Patiens

Resumen

Desde los comienzos del cristianismo, la resurrección de Jesús ha
suscitado en los Padres de la Iglesia una constante reflexión frente
a las diversas controversias denominadas “cristológicas”, en especial
desde el siglo II, hasta las definiciones de los concilios ecuménicos de
Nicea (325) y Constantinopla (381). La discusión en tomo al tema de la
encamación del Lógos plantea en la Iglesia oriental un desafío significativo:
cómo conciliar la fe en el Resucitado, el Hombre Nuevo, expresada en
el kérygma de los primeros cristianos, con toda la tradición griega pagana,
en la cual han sido educados no sólo los intelectuales, sino buena parte de
los fieles. En el siglo IV, frente a la prohibición de Juliano el Apóstata de
que maestros cristianos enseñaran los clásicos -porque no se puede enseñar
aquello en lo que no se cree-, surgen hombres de pensamiento al servicio
de la fe que, educados en la tradición helénica clásica, no quieren perder
esa paidéia recibida, sino reelaborarla, “evangelizarla” a partir del
misterio cristiano, misterio que tiene su punto central en la Muerte y Resurrección
de Cristo.