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abr 21, 2022
Resumen
El título de este conjunto de reflexiones, que hemos titulado «El hombre espiritual», suena quizás anacrónico en un tiempo como el nuestro,
decididamente profano. Estamos convencidos, no obstante todo, de que un
Encuentro que se propone escudriñar al hombre, todo el hombre, quedaría
trunco si en él no se abordara la dimensión que desde siempre fue y hasta
siempre será la más propia del ser humano en cuanto tal, precisamente la
dimensión espiritual. Si hoy el mundo y el hombre están en el banco de los
acusados, y si el juicio que se emite acerca de ellos se hace cada día más
crítico y más severo, es precisamente por el desajuste que se ha producido
entre un contexto en que el hombre actúa como «sólo cuerpo» -Hesíodo
diría como «mero vientre»-, y la verdadera realidad de la naturaleza humana, o sea, la de un ser compuesto de materia y espíritu, y en el cual nadie
sano de mente otorgaría la preminencia a la primera sobre el segundo.