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May 26, 2022
Abstract
No se habrá nunca dicho demasiado que la filosofía platónica no tolera
ningún encierro en las clasificaciones extremas: que ella no es, en
ningún caso, una filosofía rígida. Platón no excluye nada: si es verdad que
la razón constituye la esencia del hombre platónico (Rep. 534b; Timeo 92c;
Leyes 688h), que la supremacía del nous está conforme con la subordinación
del todo a su fin (Filebo 28c, 30d), que la inteligencia es principio de
orden y de medida, que el Filebo identifica la causa y la inteligencia; que la
República establece que el nous deriva del Bien supremo; que el Timeo
identifica la inteligencia y al dios; en breve, que la identificación de lo real
y de lo racional es el postulado del pensamiento platónico; es igualmente
verdad que este pensamiento no deja todo el juicio al tribunal de la razón;
que no tiene nada que ver ni con el “panlogismo” parmenídeo ni con el
racionalismo hegeliano, siendo su razón de ser y su misión el reconocimiento
de la coexistencia de los opuestos, la fusión del entusiasmo dionisíaco
y del espíritu apolíneo.