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May 26, 2022
Abstract
El historiador de la filosofía, en general, y el interesado por la filosofía
clásica, en particular, está necesariamente familiarizado con ciertos
esquemas explicativos y clasificatorios que, como las periodizaciones y las
caracterizaciones generales de la temática central en las diversas épocas
de la historia de la filosofía, suelen apelar a determinados rótulos y
categorizaciones genéricas, que pretenden dar cuenta de las tendencias y
motivaciones fundamentales de los períodos y épocas estudiados así como
de los correspondientes autores y escuelas. Estos rótulos y categorizaciones
suelen presentarse en la forma de contraposiciones de tendencias o corrientes
filosóficas diferentes y, supuestamente, casi siempre inconciliables
entre sí, al menos en sus respectivas variantes más puras o extremas. Así,
por ejemplo, en el ámbito de la ontología y la gnoseología se apela frecuentemente
a oposiciones como ‘realismo’ e ‘idealismo’, en el ámbito de la
ética y la teología moral a la oposición entre ‘intelectualismo’ y
‘voluntarismo’, en el ámbito de la filosofía de la naturaleza a la oposición
entre ‘mecanicismo’ y ‘teleologismo’, por mencionar sólo unos pocos entre
los contrastes habitualmente empleados en la discusión y la investigación
filosóficas.