Tres figuras silentes en la dramaturgia de Esquilo

Résumé

La problemática desarrollada en tomo al lenguaje y sus alcances
semánticos como las especulaciones relacionadas con el valor
expresivo del silencio acumulan una copiosa bibliografía al momento
actual, y desde la más remota antigüedad clásica los poetas han utilizado
ambos instrumentos —lenguaje y silencio— como elementos fundamentales
de la creación poética. Del uso y abuso del primero contamos
desde Homero a nuestros días una amplia gama de variantes que despliega
un largo friso de recursos e imágenes literarias. Pero el segundo ha
sido sólo utilizado en ocasiones especiales y por poetas singulares,
aunque su valorización como elemento expresivo también reconoce su
origen en la antigua Hélade. Nos referimos específicamente al uso que
de él hace en sus tragedias Esquilo, el poeta que encabeza el legado
dramático de Grecia. Son muchos los testimonios que confirman esta
particularidad del estilo del gran trágico, puesto que la crítica desde la
Antigüedad a nuestros días ha señalado en mayor o menor grado esa
singular insistencia en incorporar a sus tragedias personajes que desempeñan
papeles de importancia —a veces protagónicos— y a los cuales
mantenía en escena silentes durante largas tiradas de versos.