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Publicado:
abr 18, 2022

Resumo

Una atmósfera de sutil movimiento envuelve el espacio dramático
del Fedro. No es nuevo, por supuesto, que Sócrates se encuentre
con alguien al inicio del diálogo, y que uno de los dos pregunte, como en
este caso: “¿Adonde vas, mi querido Fedro, y de dónde vienes?” (227 a).1
En este caso la pregunta está muy bien encaminada, ya que la respuesta
de Fedro de que irá a dar un paseo “fuera de la muralla”, es un anuncio
anticipado del lugar en que se habrá de desarrollar en definitiva este extraordinario encuentro. Sócrates casi nunca sale de la ciudad, y solo el
Lisis lo muestra en el inicio por el camino que va desde la Academia,
pegado junto a la muralla de la ciudad. Pero ahora lo mueve el deseo de oír
discursos, si bien, tanto en el Lisis como en el Fedro, los temas de la
amistad y el amor se prestan para esta pequeña transgresión; es decir,
parece mejor hablar acerca de estos temas relacionados con los afectos
amorosos “fuera de la muralla”, y más aun, ahora -desviándose un poco
más hacia el sur oriente de la ciudad- marchar bajando “a lo largo del
Iliso”

Oscar Velásquez
Como Citar
Velásquez, O. (2022). “El itinerario alado del Eros en el Fedro de Platón”. Iter, (11), 75–85. Recuperado de https://revistas.umce.cl/index.php/iter/article/view/1778

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